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El último refugio

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El último refugio

Texto: J. Patrick Lewis

Ilustraciones: Roberto Innocenti

Editorial: Fondo de Cultura Económica

Año: 2003

Colección: Los Especiales de A la Orilla del Viento

Reseña extraída de la página La Pequeña Ficticia

"El último refugio es un guiño juguetón, se le mire por donde se le mire.

Por un lado, nos cuenta una historia sencilla y fácil de seguir en la que un pintor que ha perdido la imaginación emprende un viaje en su búsqueda.

El artista, que no es otro sino Roberto Innocenti (ilustrador e ideólogo del libro), es conducido por su viejo Renault rojo hasta un hotel a la orilla del mar que está ocupado por insólitos personajes.

Allí, mientras conoce a un pirata cojo, a una señorita melancólica en silla de ruedas, a un joven pescador de mensajes en botellas, a un aviador sin avión y atestigua cómo una enorme ballena blanca queda varada en la arena, recobrará su materia prima extraviada.

Por otro lado, está la historia -no tan evidente, pero sumamente entretenida- que nos cuenta el subtexto. Un poco como cómic, un poco como libro álbum y otro poco como libro ilustrado, El último refugio es, también, una probadita de cómo funciona el cerebro de este ilustrador a la hora de crear un libro.

Innocenti se dibuja a sí mismo como personaje y en su deambular por el curioso hotel nos muestra lo que ocurre cuando su imaginación se va de paseo: cómo se le aparecen los personajes de sus lecturas; cómo éstos, fuera de su obra original, están como extraviados en el mundo, y cómo la mezcla de estos elementos, más sus vivencias e inquietudes, le devuelven su imaginación perdida.

En este libro, y en muchas de las adaptaciones que ha hecho Innocenti de los cuentos clásicos, recrea a los personajes basándose en el imaginario colectivo y los hace suyos a través de las exquisitas ambientaciones y extrañas perspectivas que son su firma, su particular modo de contar.

Por eso, fácilmente reconocemos a Huckleberry Finn, a la sirenita de Andersen, a Moby Dick, a Don Quijote y Sancho Panza, entre algunos de los huéspedes del hotel.

Tal vez por eso, pasar las páginas de El último refugio es como entrar a una escenografía (así de detalladas y minuciosas son las imágenes) en la que Innocenti, como el tiránico director, nos hace sentir como protagonistas en ocasiones y como espectadores en otras. Todo a su completo antojo.

Para niños, jóvenes y adultos. Para amantes del cine y la literatura. Lleno de referencias, guiños y homenajes. Una delicia."